Sunday, February 24, 2008

CACERIA BAJO TECHO





El mundo es inmenso cuando estás solo. Ese es un principio que se cumple casi siempre. Y el tratar de vivir de ese modo hace que a ratos no quieras estar en otra parte más que encerrado en tu habitación de 2x2 metros.

Eso se cumple, mientras no tengas compañía.

Ahora, que si te consigues a alguien como Chupacabras, lo más probable es que se las ingenie para convertir una fria y lluviosa tarde deprimente en el circo más grande del mundo, o un National Geographic Channel en vivo, mejor que el pay per view.

A veces tu soledad necesita un amigo. Silencioso, limpio, lleno de sorpresas. Quizás necesites quien te haga reir sin pedirte nada a cambio, excepto algo de comida, agua y arena.

Quizás necesites un gato.

ALGUIEN QUE SE COMA LOS PAJARITOS DE TU CABEZA.

Ahora recuerdo que llevo muchisimo tiempo viviendo solo. Como lo saben, mi familia vive en otras ciudad, y a veces me siento un poco solo. Pero Dios te da regalos, y se esmera para que entiendas que no estás solito del todo. Que todos piensan en ti.

Y, además, está Chupacabras.

Fotos: mi gato: Chupacabras.

Wednesday, February 20, 2008

ANGEL



Hace un mes nos dimos cuenta que Viviana, la esposa de mi cuñado Edgar estaba en embarazo. Muchas cosas pasaron por allí. Los papás de Viviana se sentían un poco frustrados porque ella recién se acaba de graduar de la universidad,y querían que primero trabajara como toda una mujer independiente. Su futuro, según ellos, estaba en riesgo. Pero todos pensamos que esto era solo un aspaviento normal. Total, ella ya esta casada con Edgar y pronto una pareja común y corriente se convertiría en una familia.

Además, con la llegada del nuevo niño, los primeros en apegarse a el, después de los papás, son los abuelitos. Todo es cuestión de tiempo.

Hoy los acompañé a su primera ecografía transvaginal. Me pareció bien acompañarlos, puesto que el Radiólogo es mi paciente, y me parece que lo mejor es estar en manos de alguien de confienza.

Hoy, hace un rato, el Radiólogo me permitió estar con ellos en la sala de ecografías. Viviana no se incomodó en su desnudez. Total, en la universidad tuve la oportunidad de estar en muchas ocasiones observando una ecografía transvaginal.

Hoy, hace un rato, me metí con mi cámara a tomar fotos. Sentí una emoción muy grande. Quizás contagiado por la hermosa pareja de padres que, cogiditos de la mano, trataban de ver a su hijo en un aparato con imagen borrosa y en blanco y negro.

Hoy, hace un rato, el Radiólogo nos dijo a Viviana, a Edgar y a mi, que el corazón del niño no palpitaba. El niño había muerto.

Pocas palabras, algunos segundos, y nuestros sentimientos cambiaron radicalmente.

Yo no soy llorón. Y aún así sentí que las lágrimas se me agolpaban en los ojos. Claro, traté de hacerme el fuerte. Se imaginan que pasaría si los dos me ven llorando?.

Ahora, me dije y les dije, tenemos que preocuparnos por Viviana. La necesitamos bien, porque ella aún quiere ser mamá, y tenemos que prepararnos de nuevo para eso.

Y el niño? Bueno... es un Angel. Solo Dios sabe que pasó y por qué lo quería con el. Antes había tenido la oportunidad de ver estos casos, pero nunca uno tan cercano. Todo esto sirve para enfrentar estas situaciones con humanidad y compasión. Como dice la gente, de todo se aprende.

Foto: Ecografía de Viviana.

Saturday, February 09, 2008

... Y TE ENCUENTRAS CON TU CAMINO...



A veces te sientes que debes cambiar de lugar. Alejarte de todo lo que te ha rodeado durante años, y mirar más alla. El mundo es muy amplio y lleno de cosas nuevas. A veces no quieres que la hierba crezca bajo tus pies.




Algún día te has sentido atrapado por la rutina, eso te lo aseguro. Qué haces para liberarte? Yo salgo a caminar... Y me imagino en el borde de un profundo precipicio, mirando mis pies. O mejor aún, en una alta montaña rusa, donde todo se pierde de la gravedad.




A veces quisieras tener alas. Aunque sea solo en tus manos, para ayudarte a volar. Si tus manos vuelan, el mundo vuela. Todo queda allá, abajo. Tan pequeño que se vuelve insignificante.



Y al final llegar a tu lugar de destino... ese que se encuentra siempre esperandote para recibirte con alegría. Para decirte que no tienes que llorar más, que no tienes que sufrir más, que no tienes que maldecir más. Allí por fin te dirán que todo va a estar bien.