RECONCILIACIÓN

La primera vez que atendí a Gracie ("Greis"), gritaba del miedo. Tuvimos que sostenerla entre 5 personas. Cuando mi auxiliar me preguntó que si quería que llamara a alguien más para que nos ayudara, le dije: -"si" - "a quién?" me preguntó mi auxiliar, -"a un cura..." le respondí. Claro... ella llegó de urgencia, con un dolor terrible. A medida que pasaban los dias y las citas, lloraba menos. Hoy me regaló un besito, me dió las gracias y me miró con sus ojos llenos de inocencia y su nueva sonrisa me iluminó (ya mudó dos dientecitos). Hoy terminamos el tratamiento de Gracie.
Ahora somos amigos.
3 Comments:
Otro precioso post...muchas gracias x compartilos y cuida mucho desa preciosidad d niña!
Que gran satisfacción debes sentir en cada éxito !
Ahí tienes tu recompensa , la sonrisa de tu pacientita .
Qué bonito ser dentista de un niño.. una alegría inocente, una sonrisa fresca, llena un corazón adulto!!
Yo le tenía pavor a los dentistas siendo niña, de hecho me escapé de uno a los seis años y me fuí corriendo a casa llorando!!!!! Gracias a eso perdí una muela que me tuvieron que hacer un tratamiento de conducto a los 16 años...
Saludos!
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