VIDALEGRIA

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De nuevo he decidido salir del caparazón que me rodea. Hace rato veo el universo con renovados bríos, y nuevas espectativas.

No es tan duro ser feliz. Solo se necesita ser paciente. Ver a mi madre, a mi padre, a mi abuelita envejeciendo con la satisfaccion del deber cumplido, con esa serenidad que solo te da la tercera edad, me enseña que la tranquilidad es uno de los regalos más preciados de la vida.

Bueno... yo debo estar en la segunda edad. Me imagino que a los 29 años se deberia estar corriendo a toda prisa porque "El que de joven no trota, de viejo tiene que galopar". Bastante escabrosa esa frase... cierto??



Que se necesita para envejecer tranquilo?

La perrita que adoptamos en nuestra casa solo necesitó ser una amorosa perrita. Se aguantó (y aun se aguanta) las bruscas caricias de mi padre y de mi hermano. Hace mas de 12 años que vive con nosotros. Ahora duerme casi 20 horas al día. Ha perdido algunos dientes y se mueve un poco más lento. Pero, como ven, duerme con la placidez del deber cumplido. Y solo necesitó comportarse como lo que es... una hermosa y amorosa mascota.

Será que para llegar a ser merecedores de la tranquilidad tan solo necesitamos ser lo que somos??



Eso esta por verse... porque la sociedad te evalúa... tu familia te evalúa. En la medida en que defiendas tus creencias y a quienes te rodean, sabrás que a ratos las cosas se complican. No todos somos tan tolerantes. Pero... qué le vamos a hacer? Los patos de mi casa me enseñaron que debes defender a quien quieres con uñas y dientes.



Yo se que cada quien es dueño de su vida. De eso me di cuenta hace rato. Solo que ahora mis ideas vuelan hacia allá... Hacia mis dias de vejez. Que rico sería ser un apacible abuelito...




Apacible, sereno y tranquilo... igual que mi abuelita.

GRACIAS ABUELITA ELENA POR ENSEÑARME TANTAS COSAS!!!

Fotos: Lagos del Paraiso- Pereira- Colombia